viernes, 6 de marzo de 2015

Capítulo 10: "Morir de pie"

Vicky se dirigía a un supermercado para comprarse una comida preparada para poder almorzar cuando de repente sonó su móvil. Era un número oculto y pensó que podía ser de la empresa con la que acababa de ser entrevistada. Pero no. Eran los detectives de Madrid. Advirtieron a Vicky de que habían bloqueado las llamadas entrantes que no fueran de ellos y le pidieron que no diera ese número de teléfono a nadie. Vicky les pidio que le permitieran utilizar ese teléfono ya que sin móvil no podría comunicarse con otras personas que no fueran los agentes. Estos declinaron la petición de Vicky y además le explicaron que en Madrid sus padres seguían preocupados por ella pero que habían retirado las denuncias y habían aceptado a regañadientes que había decidido huir de casa.

Vicky se alegró de saber que sus padres estaban bien. Deseaba que su padre pudiera algún día perdonar lo que le hizo y llegará a comprender sus ganas de huir de esa vida. Pero mientras tanto estaba viviendo otro momento, otra vida distinta y ahora tenía que encontrar alguna manera de poder conseguir un móvil sin quedarse sin dinero. No lo podía robar porque su límite ético estaba bien marcado. En el propio supermercado en el que acababa de entrar había una sección de telefonía y allí decidió comprarse comprarse un móvil antiquísimo junto a una tarjeta SIM cargada con 10€ de saldo. En total le salió todo por 20€. No estaba mal el precio si tenía en cuenta que ya podría comunicarse con quien le diera la gana sin tener que depender de los detectives.

Una vez que Vicky hizo la compra y además pudo almorzar, se dirigió de nuevo a la empresa donde había hecho la entrevista para informarles de su nuevo número de teléfono. 

Al llegar la noche Vicky creyó que no debía gastar más dinero por lo que decidió no alojarse en una pensión sino dirigirse a un refugio para personas sin hogar. No tenía ni idea de donde podría haber uno así que preguntó a un vagabundo que encontró y este al ver lo bien vestida que estaba Vicky se lo tomo a broma y creyó que Vicky se estaba burlando de él así que además de no responder le soltó a Vicky algún que otro insulto.

Vicky se quedó sorprendida por la respuesta de aquel hombre pero decidió seguir preguntando a otras personas. Al fin supo la dirección de un albergue pero al llegar allí se encontró con que el albergue ya había ocupado todas sus plazas. Por primera vez Vicky tendría que dormir en la calle. Así que entró en una especie de soportal y de su mochila sacó un abrigo que le serviría para taparse. La mochila la usaría de almohada.

Vicky jamás imaginó tener que vivir así pero no le quedaba otro remedio y estaba aguantando la situación con bastante entereza. Podría haber abandonado y volver a casa donde sabía que a pesar de que discutiría con sus padres todo se acabaría arreglando y podría volver a la vida de antes pero era precisamente lo que no quería. Prefería morir de pie a vivir de rodillas.

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