viernes, 23 de enero de 2015

Capítulo 4: "Próxima parada ¿Barcelona?"

A Vicky le cayó una gota de sudor frío por la frente. Estaban a punto de descubrirla pero nada más lejos de la realidad porque en cuanto se giró pudo comprobar que su tío no la había reconocido por que lo que hizo este fue preguntarla acerca de que metro debían coger para ir a determinada dirección. Intentado disimular su voz le contestó que no sabía y se fue corriendo. No se lo podía creer: acababa de estar frente a frente con su tío y él no la había reconocido. Un obstáculo más que había esquivado y eso que tan solo llevaba unas horas fuera de casa.

Una vez que Vicky subió las escaleras mecánicas y llego a la terminal del aeropuerto se sintió agobiada por la multitud. Ella ya había estado muchas veces en un aeropuerto pero nunca lo había hecho sola y menos aun huyendo de su familia. Pudo leer en una publicidad que existía un vuelo a Barcelona en una compañía Low Cost y el precio era de tan solo 20€. Vicky era consciente de que tenía poco dinero pero también sabía que el billete de avión era algo imprescindible y que no encontraría una mejor oferta.

Se dirigió al mostrador de la compañía dispuesta a comprar un billete. Pudo escuchar como el señor que iba delante de ella mostraba el DNI para así poder adquirir el billete. Vicky no quería mostrar el DNI porque sabía que si lo hacia su familia podría seguirla el rastro y entonces se le vino a la cabeza una idea y justo cuando ya la tocaba comprar el billete en el mostrador se fue en busca del señor de delante. Le pidió al señor que le comprara el billete poniendo como excusa que había olvidado el DNI en casa y que necesitaba coger cuanto antes ese vuelo. El señor al principio fue desconfiado pero tras ver la cara de agobio que tenía Vicky aceptó. El señor cogió el dinero y se dirigió de nuevo al mostrador. Una vez adquirido el billete se lo entregó junto con los 30€ sobrantes. Vicky le dio las gracias y se fue corriendo en busca de la puerta de embarque del avión.


Eran las 14:00, Vicky llegó a la cola donde estaban el resto de pasajeros y cuando observo los equipajes de mano del resto de personas se acordó de que después de haber estado hablando con los guardias en una estación había cogido otra vez el metro y había dejado allí la maleta. Tan solo llevaba ahí muda limpia, un pijama y un conjunto de ropa formal compuesto por unos vaqueros, una camisa y unos zapatos junto con sus enseres personales de aseo pero aunque no fuera mucho sabía que era importante porque necesitaba algo más de ropa de lo que llevaba si necesitaba tener buen aspecto en algún momento. Actualmente llevaba puesto un chándal. El tiempo que tardaría en recorrer la terminal de camino al metro y el trayecto de ida y vuelta de la estación de donde dejo su maleta era de casi una hora pero la puerta de embarque cerraba a las 14:30. No había tiempo.

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