Vicky preguntó a una azafata si podía cambiar el billete por otro
de un avión que saliera más tarde. La azafata le explicó que al tratarse de una
oferta no había opción de cambios ni había forma de que recuperase su dinero si
no cogía el avión. Aun así Vicky necesitaba su maleta y poco tardo en darse la
vuelta para ir a la estación de metro donde había dejado la maleta.
Cuando Vicky llegó a la estación fue a buscar su maleta pero no
estaba. Se sentó desolada en un banco de la estación y comenzó a llorar de rabia. Había perdido su
maleta y por intentar recuperarla había perdido 20€ y todo para encima no
haberla podido recuperar.
Quizá la suerte no estaba de cara de la rica Victoria Corcuera
pero si estaba de parte de Vicky la fugitiva. Una señora se acercó a Vicky y le
preguntó si había perdido una maleta. Le contestó afirmativamente. Resulta que
la señora se bajó del metro en el momento en el que Vicky subió. La señora
observo que no había cogido la maleta e intento dársela pero el metro ya se
había ido. Entonces la señora le entrego la maleta a un trabajador del metro
por si Vicky volvía a reclamarla. Vicky acompañada de la señora se dirigió al
trabajador que custodiaba su maleta y pudo recuperarla. Le dio las gracias
tanto al trabajador como a la señora y cogió de nuevo el metro nuevamente en
dirección al aeropuerto.
Vicky le pidió esta vez a una chica joven que le comprara el
billete de avión y la chica aceptó. Ya solo la quedaban 10€ pero al menos tenía
la maleta y ya podía volar a Barcelona. Este nuevo vuelo salía a las 18:00 por
lo tanto a la sobraba tiempo. Estaba hambrienta y a pesar de no querer gastar
más dinero necesitaba comer y se dirigió a un restaurante del aeropuerto y
compró un bocadillo. Al salir del restaurante Vicky vio como alguien había
dejado encima de una mesa una chocolatina derretida y una botella de refresco
sin abrir. Vicky pensó que para la cena estaría bien ya que no podría gastar
más dinero así que guardo la chocolatina y el refresco en su maleta.
Ya era la hora en la que tenía que embarcar. Vicky se apresuró a
enseñarle el billete de avión a la azafata y poder subir al avión pero surgió
un nuevo imprevisto: otra vez necesitaba enseñar el DNI. Vicky pensó que quien
le había comprado el billete en el mostrador la debió advertir que a la hora de
embarcar también necesitaba mostrar un DNI. Se acercó a la azafata y le dijo que
le habían robado el bolso hacia escasos minutos y por eso no llevaba el DNI. La
azafata le informo de que en ese caso debía denunciarlo en una comisaria pero
que no podía coger el avión.
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