viernes, 30 de enero de 2015

Capítulo 5: "La suerte no siempre está de tu lado"

Vicky preguntó a una azafata si podía cambiar el billete por otro de un avión que saliera más tarde. La azafata le explicó que al tratarse de una oferta no había opción de cambios ni había forma de que recuperase su dinero si no cogía el avión. Aun así Vicky necesitaba su maleta y poco tardo en darse la vuelta para ir a la estación de metro donde había dejado la maleta.

Cuando Vicky llegó a la estación fue a buscar su maleta pero no estaba. Se sentó desolada en un banco de la estación  y comenzó a llorar de rabia. Había perdido su maleta y por intentar recuperarla había perdido 20€ y todo para encima no haberla podido recuperar.

Quizá la suerte no estaba de cara de la rica Victoria Corcuera pero si estaba de parte de Vicky la fugitiva. Una señora se acercó a Vicky y le preguntó si había perdido una maleta. Le contestó afirmativamente. Resulta que la señora se bajó del metro en el momento en el que Vicky subió. La señora observo que no había cogido la maleta e intento dársela pero el metro ya se había ido. Entonces la señora le entrego la maleta a un trabajador del metro por si Vicky volvía a reclamarla. Vicky acompañada de la señora se dirigió al trabajador que custodiaba su maleta y pudo recuperarla. Le dio las gracias tanto al trabajador como a la señora y cogió de nuevo el metro nuevamente en dirección al aeropuerto.

Vicky le pidió esta vez a una chica joven que le comprara el billete de avión y la chica aceptó. Ya solo la quedaban 10€ pero al menos tenía la maleta y ya podía volar a Barcelona. Este nuevo vuelo salía a las 18:00 por lo tanto a la sobraba tiempo. Estaba hambrienta y a pesar de no querer gastar más dinero necesitaba comer y se dirigió a un restaurante del aeropuerto y compró un bocadillo. Al salir del restaurante Vicky vio como alguien había dejado encima de una mesa una chocolatina derretida y una botella de refresco sin abrir. Vicky pensó que para la cena estaría bien ya que no podría gastar más dinero así que guardo la chocolatina y el refresco en su maleta.

Ya era la hora en la que tenía que embarcar. Vicky se apresuró a enseñarle el billete de avión a la azafata y poder subir al avión pero surgió un nuevo imprevisto: otra vez necesitaba enseñar el DNI. Vicky pensó que quien le había comprado el billete en el mostrador la debió advertir que a la hora de embarcar también necesitaba mostrar un DNI. Se acercó a la azafata y le dijo que le habían robado el bolso hacia escasos minutos y por eso no llevaba el DNI. La azafata le informo de que en ese caso debía denunciarlo en una comisaria pero que no podía coger el avión.

A falta de imprevistos, surgió otro más cuando Vicky vio a su padre corriendo por la terminal. Se dirigía hacia ella. Era el fin. Después de un día lleno de nervios, emociones, sentimientos, miedos y agobios la fuga había terminado

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