Vicky pudo ver que su padre no venía solo, iba acompañado de los
dos guardias civiles que prometieron no delatarla. Fausto Corcuera (el padre de
Vicky) llegó hasta donde estaba ella. Estaba muy cabreado, le agarró del brazo
y gritándole todo tipo de insultos la llevo hasta un coche que estaba esperando
fuera del aeropuerto.
Resulta que los dos guardias civiles no eran en realidad guardias
sino un servicio secreto de detectives de Fausto y este les había pagado buen
dinero por encontrar a Vicky. Gracias a que estos le informaron de que Vicky se
dirigía al aeropuerto pudieron ver que vuelo iba a coger gracias a las cámaras
de seguridad de la terminal.
En el coche habían subido los dos detectives custodiando a Vicky
mientras su padre iba en el asiento de copiloto y un chófer manejaba el
volante. Durante todo el trayecto Vicky fue llorando mientras su padre le
rechistaba. Los dos detectives estaban bastante serios y callados. Al llegar a
la casa Fausto arrastró literalmente a Vicky hasta su habitación. Una vez allí
la llenó los oídos con reproches. Entonces ella que no había sido capaz de
rechistarle nunca hasta ese momento le gritó que necesitaba libertad a lo que
Fausto la respondió con una bofetada. Vicky soltó un nuevo grito de rabia a su
padre y justo después de eso uno de los detectives entro en la habitación y
golpeó a Fausto en la cabeza con una especie de jarrón chino. Fausto cayó al
suelo inconsciente. El detective, anteriormente guardia civil, pidió perdón a
Vicky por traicionarla y la entregó un teléfono móvil y un papel en el que ponía
lo siguiente:
La boda ha sido cancelada cuando tus padres vieron que no estabas.
Ahora la casa está llena de gente: invitados, familiares tuyos y otra mucha
gente. Sé que te he traicionado esta mañana y es posible que
no confíes en mi pero solo tienes esta opción si quieres
huir. Yo distraeré a la gente que hay en la casa para que no
salga de la habitación en la que están. Mientras tanto mi compañero te
pondrá una escalera en tu ventana para que bajes y llevarte en nuestro
coche al aeropuerto. Hemos conseguido traerte todo tipo de documentación
falsa entre las que se encuentra un DNI falso. A partir de ahora tu
identidad será Vicky Gómez Pérez. Mi compañero te dará toda esa documentación
en el coche y en cuanto al móvil que te he dado tengo que advertirte
que servirá únicamente para que nosotros nos comuniquemos contigo. Has de
tenerlo siempre encendido y no hagas jamás ni una sola llamada. Cuando recibas
una llamada corta en el móvil será el momento en el que deberás abrir la
ventana y salir.
Vicky se quedó sorprendida. Era cierto que los guardias habían faltado a su promesa y le habían ocultado que en realidad eran detectives pero como bien decía la nota a no le quedaban más opciones así que cogió su maleta y esta vez la lleno con algo más de ropa. Cogió su monedero en el que tenía 300€ que sumados a los 20€ que habían sobrado de los billetes de avión hacían que fuera una buena cantidad para al menos empezar.
El móvil sonó y Vicky abrió la ventana. Efectivamente ahí estaba
el otro detective con la escalera. Bajó la escalera y subió al coche. De camino
el detective le pidió que cogiera la mochila que había en el asiento de atrás.
Ahí estaba toda la documentación junto con el cargador del móvil. Una vez
llegaron al aeropuerto Vicky se despidió y bajo del coche. El detective la
deseo suerte. A pesar de haber aceptado la ayuda de los detectives a Vicky había
muchas cuestiones que no le terminaban de encajar pero por lo menos ahora ya
podía sacar ella misma el billete de avión y enseñar el DNI tanto en el
mostrador como en la puerta de embarque.
Esta joven de 26 años había conseguido ya esa nueva identidad que
tanto anhelaba: Victoria Corcuera poseía ya un DNI en el que se llamaba Vicky
Gómez, aunque ella la seguía gustando más Vicky a secas.
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