Vicky no tuvo que esperar a recoger su maleta ya que lo llevaba todo como equipaje de mano. Salió del aeropuerto algo aturdida ya que no sabía donde dirigirse a pasar la noche. Pidió ayuda a un taxista y este le prestó un mapa. Vicky se quedó durante unos instantes mirando el mapa que además ilustraba las líneas de autobús y metro de la ciudad. Al tardar tanto en devolverle el mapa al taxista este se tuvo que ir con un cliente y le dijo a Vicky que se podía quedar el mapa.
Habían pasado las 2 de la madrugada y Vicky aún seguía en el aeropuerto. Decidió dormir en uno de los bancos de la terminal y así afrontar el siguiente día con más fuerzas. Al despertarse, a eso de las 7:30, había amanecido ya y era el momento de salir del aeropuerto. Vicky había dormido mal en el banco y le dolía bastante la espalda pero no podía perder más tiempo. Se dirigió hacia una de las paradas de autobuses y tomó uno que le dejaría en el centro de la ciudad condal.
Tras desayunar en una cafetería, Vicky iba paseando por el centro de la ciudad cuando vio un periódico local tirado en el suelo. Vicky lo cogió y observó que la fecha era del mismo día así que se sentó en un banco y se puso a ojearlo cuando hubo algo que llamó su atención. Se trataba de una oferta de trabajo. Vicky sacó el móvil que le habían dado los detectives y pensó en llamar al número que aparecía en el anuncio pero recordó la advertencia que le hicieron para que ella no hiciese llamadas así que fue a una cabina telefónica.
La persona que atendió a Vicky para su solicitud de empleo era una mujer y le había citado al día siguiente en una dirección que Vicky apuntó en el móvil. Tras comer una hamburguesa de una conocida empresa de comida rápida, Vicky pensó en pasar la noche en un hotel para así al día siguiente poder ir descansada y formal a la entrevista de trabajo.
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