viernes, 10 de abril de 2015

Capítulo 15: "El gran engaño (2ª parte)"

Vicky regresó de nuevo al apartamento con lágrimas en los ojos. Una vez allí recogió sus pertenencias y dejo una nota en la puerta dirigida a la casera. En dicha nota Vicky pedía disculpas a la casera por haberse ido sin pagar y sin dar más explicación que "motivos personales".

Ya en la calle, Vicky se sentó en un banco. Allí aparcó su maleta, su mochila y su bolso. Sonó entonces el móvil que le habían dado los detectives en Madrid. Justo a tiempo, debió pensar Vicky. Pero no era su día de suerte. La voz que estaba al otro lado del teléfono era la de Fausto, su padre. 

-Ya se acabó la tontería. Vas a volver a casa hoy mismo- replicó Fausto

Vicky se quedó pálida y colgó el teléfono. Al rato volvieron a llamar. Esta vez estuvo a punto de no cogerlo pero finalmente lo hizo. Era uno de los detectives. Se disculpó con Vicky. Prometieron no volverla a traicionar y sin embargo lo habían hecho. Fausto les había despedido tras lo ocurrido en la huida de Vicky pero al tiempo les prometió una altísima cantidad de dinero a cambio de que revelasen todo lo sucedido con ella. Fausto sabía ya que Vicky estaba en Barcelona, que tenía un DNI falso y que quería poder tener una vida normal alejada de su familia. No lo comprendía y quería por todos los medios hacer que su hija regresara.

-Sabemos donde estás. El móvil que te dimos lleva un localizador. Es cuestión de minutos que vayan a por ti- dijo el detective.

Vicky tiró entonces el móvil y salió corriendo dejando también atrás sus pertenencias, Pero al ir a cruzar la calle un hombre que parecía un ciudadano más, se le apresuró y la detuvo. No había salida. El hombre le dijo que volverían a Madrid. Vicky no pudo resistirse. Lloraba desconsolada y gritaba con rabia pero ya nada podía hacer. 

Vicky montó a la fuerza en un coche. Entonces se dio cuenta de quien era el conductor. ¡Era Juan Carlos! 

Alli estaba. Camino al aeropuerto para regresar a Madrid. Vivía el camino de retroceso a la vida anterior que tenía y que para ella era un infierno. Se resignaba a creerlo pero había dejado de ser Vicky para volver a ser Victoria Corcuera.

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